The Luz de Cristo rehabilitation center, to which the Street Doctors wanted to travel four weeks ago, is located in the Alto Lima district of the city of El Alto.
As always, the day started with medical care for the people who live in this place. This time, however, Dr. María Alejandra Chávez noticed a young man: he had a conspicuous bandage on his face that completely covered his cheek and left eye. Dr. Maria went straight up to the man and asked him his name. "Carlos," he replied, intimidated. The experienced doctor immediately realized that her patient had a severe alcohol problem. She asked how he was feeling and removed the dirty bandage. Underneath was a deep wound that was almost touching his eye. It was already infected - the accident must have happened several days ago. The young man told him about a fight in the street where he had cut himself with a glass bottle. He started crying and asked the team to help him. He had probably already been in hospital for several days and had waited in vain for help. One of the reasons he was denied help was that he had no financial means to pay for treatment.
However, the Street Doctors did not hesitate: they immediately began to clean the wound thoroughly and then carefully stitched it with 12 stitches. The reaction was overwhelming: not only Carlos himself was very grateful - everyone at the Luz de Das Cristo Center was happy for him and kept telling him how sad it had been to see Carlos crying and not being able to do anything. In gratitude, the team was invited to bake three pieces of cake for sale at the center that day.
Since that day, Carlos has come every Monday when the Street Doctors are in Luz de Cristo to have his wound looked at: fortunately, it has no complications and is healing well.
It is also these stories that define the Street Doctors: their help belongs to everyone - including those excluded or despised by society.
Here is the text in the original version by Dr. María Alejandra Chávez:
"En una oportunidad que habíamos visitado el Centro de Rehabilitación Luz de Cristo, ubicado en la zona Alto Lima de la Ciudad de El Alto, como siempre comenzamos el día realizando nuestras atenciones médicas a las personas que viven en este lugar, pero esta vez ingresa a la ambulancia, Carlos, un joven que se veía muy preocupado y triste, en cuanto entra a la ambulancia lo primero que observo es que tenía una venda en la cara y que cubría la mejilla y el ojo izquierdo , pregunto qué es lo que le había pasado y me cuenta que estuvo bebiendo por varios meses en la calle donde tuvo una pelea y sufrió una cortadura con una botella de vidrio, imaginé que era una herida pequeña pero cuando descubro la mejilla veo que realmente era una herida muy profunda y grande que casi llegaba al ojo, el joven comenzó a llorar pidiendo que por favor le ayudemos, porque no tenía familia en la Ciudad de La Paz, que hace días había acudido a hospitales donde no querían cerrar la herida o en algunos lugares le pidieron mucho dinero y él no contaba con ayuda económica de nadie, además estaba desempleado. Entonces iniciamos con una limpieza profunda de la herida porque estaba infectada para luego cerrar la misma, fue una sutura de 12 puntos, cubrimos la herida y al terminar no solo el joven estaba agradecido sino que todas las personas del Centro Luz de Cristo estaban muy felices porque nos contaron que era triste verlo llorar y no poder hacer nada, los días pasaban y la herida seguía abierta. En agradecimiento nos invitaron tres queques que ellos hornean para venderlos y de esa forma poder ayudar al Centro de Rehabilitación desde ese día cada lunes que los visitábamos, siempre salía el joven para recibir atención médica y pude hacer seguimiento de la cicatrización de la herida que afortunadamente no presentó complicaciones porque ya era una herida infectada que permaneció por varios días abierta. A la fecha continúa visitando siempre muy agradecido con el Consultorio Móvil de FAMIA. Carloss es un joven de 28 años, que lleva más de 1 año viviendo en la calle consumiendo bebidas alcohólicas, esto debido a que conoció a una joven que también era bebedora consuetudinaria, y por estar junto a ella se quedó en la calle adquiriendo la adicción, a pesar de haber terminado la relación. Él ya no podía dejar este hábito por lo que se quedó en calle expuesto a todos los peligros de la misma."